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Las navieras reducirán emisiones en el Mediterráneo

La Organización Marítima Mundial arranca con el control del azufre en los combustibles de las compañías que transiten por todos los puertos de esta zona geográfica.

La Organización Marítima Mundial ha arrancado el control de las emisiones marítimas de azufre en todas las navieras que transcurran por el mar Mediterráneo. En concreto, se han empezado a vigilar, desde el pasado 1 de mayo, todos los buques que circulen por este entorno que deberán utilizar combustibles con 0,1 por ciento de azufre, más caro que el habitual de 0,5 por ciento que se utiliza en otras rutas.

Operación de bunkering de barco a barco en el puerto de Barcelona.
Operación de bunkering de barco a barco en el puerto de Barcelona.

La medida de la OMI comprende todo el mar Mediterráneo, con sus límites en el cabo de Trafalgar y Tánger por el oeste, el mar Egeo por el noreste y el Canal de Suez por el sureste. En toda ella será obligatorio usar la concentración máxima de 0,1 por ciento de azufre en el combustible para transcurrir y hacer escala de sus puertos, al igual que sucede en otras regiones como en la zona estadounidense del Caribe, mar del Norte, mar Báltico y el entorno de Norteamérica.

Operadores y transitarios marítimos consultados por Transporte XXI entienden que la medida, aunque necesaria por la sostenibilidad que producirá, ya está teniendo “efectos negativos, porque ha provocado un incremento en los costes operativos”. El Mediterráneo concentra el 20 por ciento del comercio marítimo internacional, “y es una zona de paso, por lo que obliga a los navieros a llevar diferentes tipos de combustible en sus buques para cumplir con las exigencias de la OMI”.

Desde los puertos españoles se felicitan por la medida porque “no crea distorsiones en la competencia como sí ha sucedido con el ETS”, al haber incluido a puertos como Tánger-Med, porque “las decisiones deben ser globales, y no abrir paraísos en puertos del entorno, de la mano de la Organización Marítima Mundial”.

La normativa debería producir un cambio en el suministro de combustible en el Mediterráneo, abriendo nuevas oportunidades a los puertos enclavados en el estrecho de Gibraltar, entre ellos, el puerto de Bahía de Algeciras. Los suministradores prevén un aumento de la demanda de fueloil pesado convencional por los buques equipados con depuradores de gases de exhaustación (scrubbers), un combustible que es más barato, y que permitirá cumplir la normativa de la OMI sobre contenido máximo de azufre en los combustibles.

La normativa de la OMI, aprobada en diciembre de 2022, se enmarca en el anexo sexto del convenio Marpol para reducir la contaminación de los buques. Su aplicación será controlada a través de inspecciones, derivando en multas en caso de incumplimientos.